Una nueva señal del cambio climático: Tres especies de golondrinas comienzan a poblar el sector, llamando la atención de los estudiosos de las aves. En esta época también son apreciables el nuco, becacinas, el pato rana de pico ancho y el pimpollo. Lo que sí, se aprecia menos presencia de queltehues, canquenes y playeros
El lunes, en el Centro Cultural, Punta Arenas fue declarada oficialmente como Capital Americana de la Cultura 2020. En la ceremonia se presentaron los 7 Tesoros de la ciudad, elegidos por la comunidad. Uno de ellos fue el Humedal de Tres Puentes, un santuario natural asediado por peligros como la imprudencia de los conductores que sobrepasan considerablemente los 50 kilómetros por hora permitidos, y también por los anuncios de proyectos como la vía elevada, que significaría un movimiento de maquinarias que haría insoportable la vida de la gran cantidad de especies que la habitan.
En el último tiempo se ha hecho hincapié en denominar a Magallanes como laboratorio natural, y este humedal es un buen ejemplo de cómo las incidencias locales, como las antes mencionadas, y globales (cambio climático) influyen en la llegada o ausencia de especies.
Es así como recientemente, Humberto Gómez, de la Agrupación Ecológica Patagónica, ha notado el arribo de especies casi nunca vistas anteriormente en el humedal.
“La emergencia climática de la que se habla tanto en el planeta, se registra claramente en el Humedal de Tres Puentes, un cambio por acción nuestra obviamente, pero también en la composición de especies que tenía el humedal antes. Hay algunas que han ido disminuyendo, por ejemplo, el canquén, el caiquén presenta una leve disminución, lo que igualmente nos han hecho notar observadores argentinos; el queltehue ha ido disminuyendo y al parecer, es una apreciación local de nosotros, porque no hay nadie más parece, que esté levantando información en la región, entonces, hasta que no nos enteramos que los argentinos tienen las mismas sospechas, recién nos hizo sentido este tema que la emergencia climática no es que esté lejos y se vea por la tele, sino que se está reflejando acá”, introdujo Gómez.
Desde el año 2007 comenzaron a tomarse registros de la cantidad de especie y de su abundancia. De acuerdo a estos datos, en 2017-2018 hubo una abundancia de aves en invierno, pero una baja considerable en verano.
Un caso paradigmático es el del canquén colorado, con una tendencia enorme a la baja, “y no es azaroso que esté pasando en el Humedal de Tres Puentes, que llegan hasta siete individuos migrando desde Buenos Aires, pasan al Humedal y siguen su trayecto, y se ubican en el sector donde se hará el proyecto de la vía elevada. Como van a ver afectado su hábitat, no van a llegar más a este sector, por lo que estaríamos cometiendo un error que lo seguimos cometiendo una y otra vez con el discurso de que estamos protegiendo. Esto debió ser evaluado con un estudio de impacto ambiental, pero no se hizo”, lamentó Humberto Gómez.
Otras aves mantienen su presencia en el humedal. El pimpollo, el churrete, el nuco son algunos de ellos, ya que si bien no están en gran número, pueden ser detectados. “El nuco es territorial y generalmente, son dos, pero no está registrado en el humedal como ave nidificante. Suelen esconderse muy bien en el pasto”.
Las golondrinas
Aunque los efectos de la acción humana, a gran escala, casi siempre son nocivos para las especies, también este cambio en el clima ha propiciado la llegada de especies que han llamado la atención de quienes estudian estos ecosistemas. La golondrina bermeja, registró muy pocos individuos hasta hace unos años y muy difícil de detectar. En noviembre de 2018 y de 2019 hubo un aumento considerable, del orden de entre 50 y 60 ejemplares. “Esta golondrina viene de Norteamérica, donde se le conoce como golondrina común. La golondrina grande no tenía registros acá, habíamos visto una eventualmente, pero en el censo no estaba registrada. Y en el último año se pudieron ver siete, y tres golondrinas barranqueras, que tampoco llegan hasta esta latitud. En Chile llegan hasta los límites del sur, pero nosotros nos comparamos con Chile por la distribución geográfica, pero nuestro parámetro es más cercano a Argentina, donde se les ha visto en el norte de Santa Cruz”.
La golondrina grande se distingue por una mancha blanca sobre su pico y su plumaje rojizo en el cuello y la barranquera es gris. Lo notable es que las tres especies nuevas, más la golodrina chilena (que se distingue por su plumaje negro azulino) se encuentran en el mismo espacio, lo que era casi imposible.
Otro visitante “estrella” es el pato rana de pico ancho, un zambullidor en que el macho presenta un plumaje café rojizo, cabeza negra y pico azul, mientras que la hembra es más pequeña y su pico es negro.
El peligro diario
Números más, números menos, las aves del Humedal, especialmente los caiquenes y patos, se enfrentan a un peligro diario: los vehículos. A pesar de que las señaléticas son clarísimas de que la velocidad no puede superar los 50 kilómetros por hora, así como la presencia de aves que cruzan, los conductores hacen caso omiso y esa imprudencia explica la gran cantidad de accidentes, y no que el cruce sea peligroso.
“Ese es un problema que tiene que ver con la irresponsabilidad de los conductores. A nosotros no nos gusta que nos digan nada, si nos controlan, reclamamos; si nos ponen lomos de toro, reclamamos, pero aquí es cosa de ir una mañana para ver que ningún vehículo circula a menos de 80 KM/H. A las aves les afecta mucho, el otro día había una familia de patos que iba cruzando la avenida, y un auto a esa velocidad los mata. Y lo otro es que la solera es un obstáculo enorme para ellos y no pueden subir, entonces la van siguiendo y si algo los espanta del otro lado, se meten a la carretera y los matan”.
A modo de conclusión, Humberto Gómez pone la voz de alerta sobre el futuro del Humedal de Tres Puentes, sobre todo porque a pesar de que en la reciente consulta ciudadana, la mayoría se inclinó por rechazar el proyecto de la vía elevada, un gran porcentaje lo pide. Y es que para mucha gente, qué importancia pueden tener algunos pajaritos cuando lo importante es el “progreso”.
En esa línea, Gómez apunta a “que hay una irresponsabilidad tremenda de dos grandes divulgadores: una, la academia, y otra el Estado, porque si por un lado se habla de emergencia climática, tenemos que darle la importancia que eso se merece, porque al no haber educación no nos estamos dando cuenta que somos parte del ecosistema y que se vayan perdiendo cada una de estas especies, se pierde dispersión de semillas, aumento o no insectos; entonces es una cadena completa que nos afecta a nosotros, porque nosotros no comemos vía elevada, ni autos ni casas, comemos de lo que nos da la tierra, que eso se nos olvida. Hemos modificado el ecosistema a nuestro antojo, pero si no somos capaces de conservar los ecosistemas para enseñar, tenemos un grave problema. La gente puede entender que es mejor una vía elevada para su confort, pero con esas actitudes vamos condenando cada vez más, nuestros ecosistemas. No solamente está la vía elevada, construir sobre turbales, rellenar sobre lagunas, modificar los cursos de los ríos, generando terraplenes de cemento, cosa que en Europa ni se usa, entonces somos muy buenos para sacar a la palestra todo lo que pasa en Europa, pero lo que nos conviene, porque todo lo que hacen de otra manera desde hace un montón de tiempo, nosotros los seguimos haciendo como en la época de las cavernas. No es un tema de recursos, es de voluntad, proyección y sobre todo, respeto por quienes conviven igual que nosotros”.
A fin de cuentas, todo el estallido social que hay en Chile, que da cuenta de los abusos de los poderes, ¿no será el mismo abuso que como especie tenemos hacia otros seres vivos? “Algunos investigadores dicen que, en estricto rigor, el medio ambiente no le importa a nadie; es un discurso bonito, bien aprendido, para ganar lucas y proyectos, porque se puso de moda o para ser popular, pero si le importara a alguien, hagamos lo mínimo, que es defender el humedal, que es como un charco de agua en la ciudad, lleno de especies. Nos cuesta defender eso porque no nos han enseñado. Al final, todos los temas de la COP25 y que se hablan a nivel global, tienen el problema de que no hemos sabido comunicar esta emergencia climática a las personas, entonces no existe conciencia en nosotros mismos. Hay un camino muy grande, que se requiere que se haga rápido, porque es urgente”, finalizó.








Fuente: La Prensa Austral