Construida en 1880 | Edificio se habilitará como Centro de Diagnóstico Terapéutico del hospital local.
La excárcel pública de La Serena, pese a que dejó de funcionar como tal en 2006, conserva muchas de sus características originales. Su construcción data de 1880 y posee un estilo gótico y con una distribución interior de acuerdo al modelo panóptico, con una estructura central que permitía a los gendarmes tener una visión general de todos los pabellones. En sus últimos años, el recinto llegó a albergar a más de 800 reclusos.
Hasta se grabó una película en su interior, aprovechando su parecido con la antigua cárcel pública de Santiago. En 2010, el entonces ministro de Salud, Jaime Mañalich, confirmó que en dicho terreno se construiría el Centro de Diagnóstico Terapéutico (CDT) del Hospital de La Serena.
Es así como el Servicio de Salud de Coquimbo, en conjunto con el Consejo de Monumentos Nacionales, trabajó con la finalidad de conservar parte del patrimonio arquitectónico de este recinto de más de 140 años. La estructura fue sometida a varias modificaciones, principalmente en los años 1904, 1929 y 1950, esta última como parte del llamado Plan Serena.
Hoy, la construcción del recinto —con una inversión de $77 mil millones—, a cargo de la empresa Moller de Pérez-Cotapos, presenta un 95% de avance. “Todo lo que se está construyendo está pensado en dar un trato digno al usuario y su acompañante”, indicó el director del Servicio de Salud Coquimbo, Edgardo González.
En tanto, el rescate patrimonial, a cargo de la empresa Basco, se encuentra en un 99% de avance, y consideró dejar dos celdas intactas como testimonio de la obra original. “Como parte de las exigencias que nos hizo el Consejo de Monumentos Nacionales, se nos pidió mantener las celdas en las condiciones en las que las encontramos”, cuenta Juan Carlos García, arquitecto e inspector técnico de la construcción del CDT.
El proceso de restauración se ha llevado a cabo por más de tres años y lo que significó realizar una prospección de todo el recinto. “Se analizó todo el detalle de las puertas, ventanas y todas las piezas que pudieran ser rescatados o posteriormente reconstruidos de acuerdo al original”, detalla Verónica Aros, asesora en arquitectura y patrimonio de las obras.
Fuente: El Mercurio